Acá armo la canasta, partiendo de una tapa común y corriente. Voy haciendo pliegues, que para mí resultan ser seis.
El relleno está formado de: cebolla violeta picada chiquiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiita; tomate en cubitos, jamón, queso (de máquina) y huevo.
Acomodé las canastas, las rellené y las mandé al horno eléctrico. CONVIENE que el primer golpe sea bien caliente, porque de lo contrario, con el calor las canastas se ablandan y se caen. Igual, se ablandan y se caen...
¡Listo! Ahora, al freezer.