Ya dije varias veces que, en mi razonamiento gordístico, si algo tiene mucha verdura no engorda. Y, también, ya conté que las verduras y frutas me gustan con su cáscara, cuando se puede; a la cáscara del kiwi, todavía, no me le animé. Entonces, en la sartén eléctrica puse, según puede verse en la foto: -parte superior- cebolla blanca y morada, morrones rojo y verde (así venía en la bandeja que compré en la verdulería); -parte central- una papas y un cuarto de una batata; -parte inferior- puerro, cebolla de verdeo y zanahorias. ¿Por qué todo junto? porque quería que las papas y las zanahorias se ablandasen juntas. A todo ese rejunte le eché un susto de aceite y lo puse a cocinar.
Fui revolviendo y, cuando me pareció que se estaba secando le eché dos vasos de agua. Pensé en echarle un sobre de sopa instantánea Knorr, pero deseché la idea.
Cuando las zanahorias y las papas estuvieron "casi" listas, le eché la espinaca (lavada, sin la punta y cortada a los hachazos)...
encima le acomodé las rodajas de riñón que pensé en cubetear, pero como ya estaba repodrido de cocinar, lo dejé así nomás. De hecho, estaba tan podrido a esta altura, que, al primer riñón le saqué la grasa, al segundo, lo corté con grasa y todo. La verdad, hubiera sido mejor cubetearlo. Originalmente, esas rodajas, formaron parte de dos riñones que fueron lavados, cortado en rodajas y esas rodajas, cubiertas por sal gruesa por un rato.
Lo dejé cocinar con tapa y, cuando parecía que ya estaba, seguí un rato más la cocción, sin tapa, para que se terminase de cocer y se evaporara el "juguito" (no no resultó poco).
El nombre de esto surge porque, con tanta verdura, los riñones hay que buscarlos con ahínco... ¡Mierda!, qué termino viejo, hacía como mil años que no se me ocurría.
¡LISTO!
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